La obra de Aixa Portero es polisémica, es decir que cobra múltiples significaciones según el espacio que le recibe, en este caso específico, su presencia en el Museo de Arte Contemporáneo Querétaro, cobra lecturas variables si se observa el interés de la artista por entablar conexiones, relaciones de sentido con México y su poética visual del día a día.
En lo formal, Aixa encontró en el arte plumario un punto de partida, al intervenir en este caso libros que refieren de una manera u otra al país que va de Tijuana a Mérida, libros que a su vez hacen pensar en posibles rutas de sentido con otras piezas de esta índole, como la Virgen Dolorosa del s. XVIII en el Museo Universitario Casa de los Muñecos en Puebla, los vestidos de alta costura, o los trajes de los concheros del barrio de San Francisquito, Querétaro, entre otros ejemplos.
Especialista en Cultura de Paz, tema que le ha acompañado académicamente como profesora de tiempo completo en la Universidad de Granada, España, propone esta instalación en la que las piezas de arte objeto como broche, mestizaje S. XXI, metáfora de la discusión entre argumentos que vienen de ambas partes del Atlántico y se mezclan nuevamente, para crear terceros resultados. Son movimientos para la construcción de alianzas geopolíticas, pensar en nuevos equilibrios a partir de la historia compartida.
Ahora más que nunca es esencial poner sobre la mesa las estrategias de la Cultura de Paz en una ciudad como Querétaro, que transita por situaciones propias de inmigración masiva; se puede pensar que las personas son como libros, metáforas de aves migratorias, cada uno un universo, y todo a la vez pensando en México y su diálogo global, en esta ocasión en coro con un canto andaluz.
Curador, Raúl Sangrador