La dualidad nace de una unidad diversa en la que no existe el estado estático. El universo se entiende como una unidad armoniosa donde el todo se transforma en un “aquí-ahora”, como cada célula de nuestro propio origen. Es el canto gozoso a la razón poética, a la música que aflora con fuerza desde el latido hilvanado mas ínfimo, es el sonido de las alas de la Victoria.
Aixa Portero