Glifos Natura, evocando al círculo, pero abierto al infinito. Aquí Portero ha seguido buscando la armonía, y vuelve a dejar constancia de su interés por la relación entre opuestos, en línea con el trabajo anterior, en un intento por aunar la cultura de oriente y occidente como un todo, y reflejar una relación “uróbora” con la naturaleza. La artista con esta serie hizo un guiño a la cultura Colombiana, centrándose en el arte rupestre como expresión prehispánica, como legado histórico, para hacerla presente.
Lo rupestre, etimológicamente se refiere a la roca como soporte, como piedra angular. Es por ello que Portero quiso inmiscuir esos glifos o signos grabados o pintados en las rocas en sus dibujos, pues hablan de una pertenencia a un grupo o de relaciones entre los mismos, muchas veces desde una función mágica. La artista en ello ha buscado resignificar esos glifos y recuperar de alguna forma, el significado social que hay inmersos en ellos, para recuperar la función comunicativa a través de su representación. Esta serie reflexiona sobre la vuelta al origen de los primeros signos humanos, de reencontarse con la huella histórica de la memoria, pero también del olvido. Recuperar ese sentido de apropiación y de pertenencia, reescribir la memoria y no olvidarse del entorno al que pertenecemos…